En mi canal de YouTube, Carla Narraciones puedes
encontrar este audiolibro completo en español de El matadero,
antecedente en América del cuento realista. Fue el primer cuento de la literatura
argentina de Esteban Echeverria, que tiene en germen muchos de los temas y
conflictos que desarrollará luego la literatura latinoamericana. Aunque antes
de presentaros este audiolibro completo en español, primero me gustaría mostrar
su trayectoria vital.
Esteban Echeverría
José Esteban Antonio Echeverría nace en el barrio
porteño del Alto, en 1805, durante las turbulencias previas a la Revolución de
Mayo de 1810 que culminará, años más tarde, con la libertad de las colonias
españolas de Sudamérica. En la escuela, donde Esteban y su hermano José María
recibieron las primeras letras junto con el credo de libertad e igualdad de los
ideólogos de Mayo, inspirados en las doctrinas del iluminismo y la Enciclopedia.
Aunque el adulto adjudicará luego las falencias de
su educación formal a las contingencias revolucionarias, hay que añadir causas
personales como la muerte prematura de su padre y las desavenencias con el
padrastro, así como los cuidados maternos por su frágil salud y la muerte de
ésta, que agudizan una enfermedad cardíaca y dolencias nerviosas sufridas de por
vida y tipificadas como neurastenia por alguno de sus biógrafos.
En relación con su juventud, coincide con el
protagonismo público de Bernardino Rivadavia, político ilustrado que llegará a
ser el primer presidente de la flamante Nación (1826-27) aunque su influencia
abarcó un período más amplio, desde 1821, cuando asumió como ministro de
gobierno. Durante la primera etapa de su formación transcurre en Buenos Aires,
en el Departamento de Primeras Letras, al que concurrirá Echeverría, el Colegio
de Ciencias Morales, y se implementa un sistema de becas para formar en Europa
a los profesionales. Además, se impulsa la escuela pública y se modernizan los
contenidos de acuerdo con las doctrinas del cientificismo laico de la
Ilustración. La formación porteña de Echeverría, que había comenzado en su
infancia, continúa en el ambiente liberal del Departamento de Primeras Letras,
del que fue alumno, y con las prácticas en los almacenes del Lezica y Piñeyro,
ambos personajes del entorno rivadaviano, impulsores del viaje a París del
joven aspirante, que estudia francés entre los despachos del almacén, y adhiere
a la estética neoclásica de sus maestros.
Echeverria, ayudado por la política rivadaviana , viaja
a París para acoger y orientar a los jóvenes argentinos enviados por el
gobierno para completar sus estudios en los centros de avanzada de la época. Después,
en esta ciudad, transcurre la segunda fase de su formación, y la de mayor
importancia literaria, hasta su regreso a la Argentina a fines de junio de
1830, tras breve paso por Londres. Cuatro años en los que Shakespeare, Schiller,
Goethe y especialmente Byron fueron de gran inspiración literaria. En ese
momento, París vive el punto máximo del romanticismo que supuso no sólo un
cambio radical de estética literaria, sino también una revolución cultural que
involucra a la sociedad.
Posteriormente, a su regreso a Buenos Aires lleva
en la maleta, no sólo los saberes teóricos aprendidos con sus profesores
franceses y la nueva sensibilidad que ha triunfado en la ciudad, sino la
certeza de una pertenencia americana, la conciencia de identidad. Ambas etapas
formativas, ya sea el conocimiento directo de la realidad, adquirido en el
trato con los gauchos en la estancia pampeana de Los Talas y en sus andanzas
juveniles por el suburbio porteño, como la interpretación teórica de esa
realidad hecha desde las cátedras europeizantes de la Universidad. En París,
Echeverria toma conocimiento del socialismo utópico que terminará de
profundizar con diversas lecturas.
Mientras tanto en Argentina
existe una división en dos grandes partidos, pronto irreconciliables. El
unitario, heredero de los principios revolucionarios de Mayo y del racionalismo
ilustrado de sus ideólogos, vigorizado por la gestión de Rivadavia, pero que no
logra extenderse al interior y atiende fundamentalmente los intereses de Buenos
Aires. Y el federal, al que responden la mayoría de las provincias, aliadas o
enfrentadas entre sí. Cuando en Junio de 1830
Echeverría regresa de París descubre no sólo su destino de poeta, sino su
identidad de poeta cívico americano; y encuentra también el instrumento nuevo,
el lenguaje, para ejercerlo y vuelve a su tierra con el ímpetu y la orientación
necesarios para iniciar la etapa más fecunda de su vida: la década porteña en
la que adquiere su madurez literaria y ejerce su liderazgo intelectual.
Conduce un movimiento de
renovación estética y compromiso político que adjudica a la poesía una función
social. Inaugura en narrativa un realismo comprometido y testimonial que será
constante en la literatura latinoamericana y que enlaza con la necesidad de
denuncia de un continente sometido. Escribirá diversas obras, que la
prensa destacará su novedad literaria y se hará eco del suceso social. La fama
del autor crece en los salones y este compromiso de la obra con el medio
natural y social en el que surge, y del escritor que se vale de la poesía para
el alegato y la denuncia, será una constante del romanticismo americano en el
que la situación poscolonial recarga al escritor de responsabilidades
políticas. Echeverría consigue su lugar como poeta cívico. La cautiva lo
consagra como poeta romántico y como líder del grupo de jóvenes que será
denominado generación del 37.
Echeverria, en un principio,
defiende una postura conciliadora entre los grupos antagónicos de unitarios y
federales, pero Rosas, que con pactos o coacciones ha conseguido la unidad
nacional como jefe del partido desconfía de los jóvenes y exige adhesiones
incondicionales. Comienza la represión y, con el mote de «salvaje unitario», se
desacredita, no sólo al adversario político, sino a todo aquél que no se somete
con obsecuencia a los dictados del Restaurador de las Leyes, título que se
adjudica. Con gran autoritarismo con que ejerce el poder y la manipulación del
resentimiento popular contra todo libre pensador ilustrado, que será denostado
como elitista, afrancesado, ateo o anti-criollo, algunos miembros del Salón
Literario son perseguidos y tienen que exiliarse, aunque algunos de los
jóvenes, convocados por Echeverría, continúan reuniéndose en forma clandestina.
Sin embargo, a pesar de su
crítica social literaria, en un principio Echeverría, opta huir por Los Talas,
la estancia de la familia en la provincia de Buenos Aires donde había buscado
remedio a sus crisis nerviosas y calma para escribir. En estas circunstancias,
conmovido por las noticias que llegan desde la ciudad y de la brutal represión
inicia la redacción de ficciones de tema netamente político, entre los cuales
hay que destacar el cuento El matadero, redactado entre 1839 y 1840,
obra cumbre que se anticipa a la época y que permanecerá inédita hasta 1871,
cuando su fiel amigo Juan María Gutiérrez, emprende su publicación póstuma en
la Revista del Río de la Plata.
Posteriormente, Echeverría se ve forzado a
refugiarse en Uruguay, donde desarrollará la última etapa de su producción
hasta su muerte y en su salida apresurada hacia el exilio tuvo que dejar a
Martina, su pequeña hija de unos cuatro años, a la que nunca volvería a ver. Llega
a Montevideo requerido por correligionarios y amigos exiliados, en especial por
Alberdi, que reclama la necesidad de su influencia en el grupo de opositores
para debilitar, desde fuera, el poder del caudillo federal. Aunque, sigue
escribiendo sin descanso prosas de distinta índole y sus poemas que, sin
embargo, no alcanzan los logros anteriores, durante
la década del destierro uruguayo conocerá también la pobreza, la enfermedad, la
ingratitud y finalmente, debido a una dolencia pulmonar, muere el 19 de enero
de 1851 en Montevideo., a los 45 años, sin haber podido ver a su patria libre
de Rosas, que será derrotado por el general Justo José de Urquiza, un año más
tarde, en la batalla de Caseros en 1852.
Cabe destacar, que son tantos los aportes y el
compromiso de Echeverría con su país y su época, que resulta inútil, o al menos
mezquino, señalar las omisiones de una vida entregada con pasión a construir
denodadamente una nación por medio de las nuevas ideas, la fe en la palabra
literaria y el magisterio oral.
El matadero, cuento para adultos
El Matadero es considerado el primer cuento crítico escrito en Hispanoamérica, redactado por el argentino Esteban Echeverría, el cual relata con un gran simbolismo histórico, y a modo de denuncia, los abusos de parte de la dictadura de Juan Manuel de las Rosas.
Definitivamente, Echevarria fue un gran escritor y
activista. Su literatura tenía una
función social y lo llevó a cabo hasta el final de sus días. El cuento que he
escogido: El matadero, personalmente, lo he encontrado muy significativo,
puesto que evidencia una situación que se puede ver reflejada en
otros países o en otros periodos a lo largo de nuestra historia de la humanidad.
Espero que te guste este cuento para adultos, un audiolibro completo en español de El matadero, si te gustan los cuentos cortos para adultos, te recomiendo Cuentos cortos de Horacio Quiroga