La magia del amor en los poemas de Jaime Sabines
A continuación,
te presento algunos poemas de amor de Jaime Sabines, destacado poeta y político
mexicano, reconocido como uno de los grandes autores de la poesía mexicana del
siglo XX (véase aquí su biografía)
Estos poemas de
amor están disponibles en mi canal de YouTube, Carla Narraciones, donde
puedes escucharlos narrados. Aquí te comparto algunos de los que más me han
cautivado.
Poemas de amor
No es que muera de amor, muero
de ti....
No es que muera de amor, muero de
ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin
ti.
Muero de ti y de mí, muero de
ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos en mi cuarto en que estoy
solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va
vacío,
en el cine y los parques, los
tranvías,
los lugares donde mi hombro
acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.
Morimos en el sitio que le he
prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se
acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros,
separados del mundo, dichosa,
penetrada
y cierto, interminable.
Morimos, lo sabemos, lo ignoran,
nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos
necesitan.
Nos morimos, amor, muero en tu
vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de
máscaras,
de triángulos oscuros e
incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu
cuerpo,
de nuestra muerte ,amor, muero,
morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te
llamo,
te llaman los que nacen, los que
vienen
de atrás, de ti, los que a ti
llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras
hora,
y escribirnos y hablarnos y
morirnos.
No es nada de tu cuerpo...
No es nada de tu cuerpo
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu
vientre,
ni ese lugar secreto que los dos
conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de
nuestro entierro.
No es tu boca -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus
pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el
día,
ni tus rodillas de marfil al
fuego,
ni tus pies diminutos y
sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una
mirada?-
triste luz descarriada, paz sin
dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus
voces,
ni las ojeras que te deja el
sueño.
Ni es tu lengua de víbora
tampoco,
flecha de avispas en el aire
ciego,
ni la humedad caliente de tu
asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un
momento.
Es sólo este lugar donde
estuviste,
estos mis brazos tercos.
Otros poemas para escuchar
Si te gustan poemas para escuchar, te recomiendo poemas de José Saramago, escritor
portugués galardonado con el Premio Nobel de Literatura, además de ser un
destacado defensor de los derechos humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.